Lo tiene todo: la ubicación perfecta, la combinación de un pasado esplendoroso y un presente moderno y ‘cool’, museos –el Triángulo del Arte formado por el Museo del Prado, el Reina Sofía y el Thyssen-Bornemisza–, tiendas, restaurantes, bares –quién no conoce la mítica calle Huertas o la Plaza de Santa Ana–… Los que viven en el barrio apenas salen de él y los que vienen de fuera se quedan prendados de su singular encanto.