Es el lugar donde todo el mundo quiere comer, comprar, pasear… e incluso vivir. Chamberí ha pasado de ser un barrio tranquilo “de toda la vida” a toda una referencia en tendencias de restauración y ocio, y está viviendo una explosión gastronómica espectacular, con la Calle Ponzano como máximo exponente del paraíso ‘foodie’.
Todo ello sin renunciar a su mentalidad de barrio y su alma castiza.