Vale, cualquier bar o restaurante español puede llamarse así: Casa Manolo. Pero no nos engañemos: pocos tienen tanta solera como esta taberna tradicional, abierta hace algo más de cien años, los mismos que lleva deleitando a los capitalinos con la mejor cocina. O al menos con estos apreciables platos: las croquetas, los imponentes cayos, los chipirones rellenos, la lengua estofada, las empanadillas y los riñoncitos. Su fiel parroquia lo sabe y acostumbra a llenar el local las últimas noches y días de la semana; anticípate reservando mesa.