La histórica plaza de Cascorro tiene un bar de referencia: La Ribera. Aquí se imponen la cañas bien tiradas, las tapas las raciones y los menús entre semana. Callos a la madrileña, calamares y tablas variadas–pollo y secreto, entrecot de ternera, salchicha Bockwurst, solomillo de cerdo, solo patatas– o las tostas, entre las que destacamos la de rulo de cabra con cebolla caramelizada son las especialidades de una carta de raciones pensada para compartir en su alargada barra que recorre todo el local o en el comedor del fondo.
Además: pinchos morunos, ensaladilla, empanada, rejos, chopitos, huevos rotos con jamón, alitas, patatas bravas o ali-oli, hamburguesas, sándwiches y tostas–jamón ibérico y tomate, beicon y queso brie, queso crema y pimiento caramelizado, lacón y pimentón–. Y uno de sus grandes atractivos es su transitada terraza abierta todo el año y que hace las delicias de los vecinos y de todos aquellos que se acercan para vivir El Rastro desde su mismo epicentro.